La arquitectura vernácula en España presenta soluciones que pueden aplicarse en diversas zonas de nuestro país. Es importante entender este tipo de arquitectura, ya que ésta fue traída a nuestro continente con la conquista. La arquitectura vernácula española se ve reflejada en nuestra propia arquitectura popular, lo que la convierte en un elemento primordial que debemos estudiar para entender nuestra propia arquitectura.
Es inevitable pensar en nuestra arquitectura vernácula sin comparar con los españoles, puesto que estuvimos bajo sus normas constructivas por mucho tiempo y cabe mencionar que ellos traían toda la influencia islámica en su construcción, pero lo importante que hay que notar es que ésta se acoplaba perfectamente a las condiciones que se presentan en nuestro país. Ciertamente, fue aún más aprovechada ya que teníamos en algunas zonas un clima mucho más seco y falto de abastecimiento de agua. Es por eso que las grandes casonas funcionaron a la perfección, empezando por el adobe, material principal para estas construcciones.
Hablando de vivienda, eran casas muy nobles para quien las habitaba, empezando por la entrada, un gran zaguán, que conectaba la calle con el patio, generando un agradable ambiente hacia el interior de la casa. Ya estando en el patio, era un gran porticado y comúnmente contaba con una fuente al centro, lo que creaba sombras hacia el patio en cualquier hora del día y que se colara un aire fresco que se sentía en toda la casa. El adobe, por sus propiedades, mantenía un clima muy por debajo del que se presentaba en el exterior.
Es increíble pensar que la arquitectura de esa época tomaba en cuenta factores tan simples como la orientación, el uso de plantas en el interior, las celosías con agua, etc. para mantener una temperatura confortable en las viviendas. Sobre el uso de plantas, éstas generan enfriamiento por evaporación de agua, lo que reduce la temperatura hasta 5°C. En los patios exteriores, el uso de árboles en los patios, combinado con las fuentes, generaba una frescura en el ambiente que es difícil de conseguir, incluso con técnicas mecánicas.
Sobre el aprovechamiento del agua, eran muy comunes las cisternas: un gran estaque subterráneo para almacenar agua y que se mantuviera fresca y limpia. Estaba hecho de mampostería de piedra comúnmente, y ayudaba a abastecer de agua en periodos no muy largos de sequía, dado esto se tenían otros métodos.
Debemos recordar que en estas épocas no existían técnicas constructivas ni materiales como ahora, y éste hecho los obligaba a desarrollar sus proyectos con lo que se tenía y aun así eran muy eficaces, por un lado algo que podemos aprender de esto es que deberíamos poder fusionar tanta tecnología y conocimientos que ahora se tienen y pensar más en esos diseños en los cuales podamos prescindir de tanta energía que a la postre debido a su uso estamos dañando nuestro planeta, al recurrir a todos los sistemas que conocemos para solucionar la pésima decisión al utilizar cierto materia y ubicación de una construcción.
No debemos olvidar estas técnicas que han pasado de generación en generación, ya que, aunque las edificaciones no hayan sido construidas por arquitectos con educación profesional, las técnicas y materiales que utilizaban responden directamente a sus necesidades, y solucionan de la manera más fácil y barata todos los problemas que los arquitectos contemporáneos no sabemos cómo manejar.